La Consejería de Educación dará mayor puntuación para concursos de traslados a los funcionarios de carrera que se formen en inglés, comprensión lectora y TIC, según se ha anunciado en los medios de comunicación.
Sin embargo, desprecia la formación adquirida por los docentes interinos en estos campos, ya que el nuevo sistema de configuración de listas, impuesto unilateralmente (sin diálogo el consenso prometido) por la Consejería, no contempla los méritos formativos del personal interino, y eso a pesar que gran parte de este colectivo cuenta con cientos y cientos de horas de formación en estos campos.
Tanto es así, que es precisamente el colectivo interino quien suele impartir una parte sustancial de los programas bilingües en los centros educativos de la Región. Obviamente, es otra chapuza y otra incongruencia, pues se quiere premiar una formación que ya poseen los interinos, que se han formado en dichos campos obteniendo acreditaciones bilingües, grados universitarios o cursando másters y doctorados.
Resulta paradójico que la Consejería de Educación no tenga en cuenta la formación que ella misma ha proporcionado a los interinos a través de los centros de recursos del profesorado y la homologación de cursos impartidos por las organizaciones sindicales de enseñanza. Se trata, por tanto, de un ejemplo de pésima gestión económica y de los recursos humanos a disposición de la Administración. Dicha mala gestión, dilapidando recursos públicos, merece sin duda, la reprobación absoluta de unos dirigentes ineptos e ineficaces.
Sotoca-Buendía y Sánchez-Ujaldón han impuesto arbitrariamente un sistema precario y discriminatorio para los interinos de la Región de Murcia, en el que se minusvalora la experiencia docente y no se le otorga valor alguno a la formación y méritos adquiridos por los docentes interinos de la Región.
¿CUÁL ES LA RAZÓN?
Es más, interinos con oposiciones aprobadas, formación y experiencia, se verán fuera de las aulas por un sistema de configuración de listas arbitrario, injusto y chapucero que no persigue la excelencia, sino sustituir unos docentes por otros más baratos y en condiciones más precarias.
Pedro A. Sánchez prometió «diálogo y consenso», y a cambio ha impuesto precariedad, mentira e injusticia con el único fin de recortar en la Educación de los murcianos.